sábado, 6 de septiembre de 2014

APRENDAMOS QUE: “SE EJERCITA EL VERDADERO PERDÓN CON LA PERSONA QUE MÁS NOS OFENDE”


PERDÓN

Siempre debemos perdonar los agravios y lo negativo que nos puedan hacer.

Perdonemos tan simultáneamente como el daño mismo sucede.

Sin perdón no hay progreso.

Perdón y olvido son una misma cosa. 

A lo perdonado, olvidado.

No reclamemos ni hiramos, antes ni después del perdón, porque el verdadero perdón lleva implícito el olvido.

No presumamos de lo perdonado.

Perdonemos aunque sea de boca, por cumplir mecánicamente con la Enseñanza, el tiempo se encargará de hacerlo una realidad.

Perdonemos porque somos esencia perdonadora y no podemos vivir sin perdonar, nos lo enseñen o no nos lo enseñen.

Borremos la palabra “rencor”.

El PERDÓN no existe cuando no hay ofensa. 

Cuando nada ofende no hay nada que perdonar. 

Que no ofendamos y que nada nos ofenda.

El máximo “Perdón” es no tener que perdonar porque todo está perdonado.

Existe orgullo cuando uno se cree superior porque puede perdonar la agresión del otro al que considera inferior.

Hay “Amor Compasivo” cuando desaparece el ofensor y el ofendido, el transgresor y el transgredido, el que tiene que perdonar y el perdonado.

Por más que nos hagan mal, hablen horrores de nosotros, sean injustos, nos calumnien, no reaccionemos negativamente porque no existe mal alguno en el “Corazón Compasivo”.

Siempre hay que tener la “Buena Voluntad” de arreglar y perdonar toda situación inarmoniosa surgida con los demás, no importa lo grave que haya sido.

Cada vez que alguien en un problema, litigio o prueba, nos pida perdón, démoslo; y si después de perdonado nuevamente nos lo vuelve a pedir, otra vez hay que volver a perdonar.

Pidamos perdón a diario por todo ya que  a veces no nos damos cuenta cuando ofendemos.

Toda represión, persecución, calumnias, críticas perversas que genera alguien contra nosotros con el afán de destruirnos, son para hacernos crecer en paciencia, humildad, recogimiento, interioridad y “PERDÓN”.

Se ejercita el verdadero perdón con la persona que s nos ofende.

“Te doy mi amor y mi perdón para bendecirte y prosperarte”.

Rubén Cedeño , “CÓDIGOS DE LA VIVENCIA ESPIRITUAL”
Editorial Manifestación & Editorial Señora Independencia.